Instalad@ en la dinámica de la inacción, el Ayuntamiento conservador lo es también de una actitud impertérrita ante las continuas demandas de los vecinos alertando por el peligro de extinción del patrimonio público.
Siempre la callada escrita por respuesta, a veces con comentarios informales que siguen el argumentario de la superioridad para descargar su responsabilidad en instancias más elevadas:
Hoy, cuando ya los cables del tendido sobrevuelan el nido de los Alimoches en Igorre, Makatzak Ecologistak denuncia por escrito ante el Ayuntamiento:
"se está cometiendo un delito contra el medio ambiente en Igorre, se está construyendo la línea de alta tensión Güeñes Itsaso sobre uno de los nidos de alimoche, especie en peligro de extinción. Esta semana Red Eléctrica Española ha extendido los cables de línea por encima de uno de los nidos."
Al respecto la alcaldesa, Sra. Olatz ya respondió a AgatiA hace pocas semanas, cuando esta asociación se interesó por la protección del ave ante el despliegue del cable entre los bosques del término municipal: "a todos nos gusta el tren" (el otro AVE)
Pizca ninguna de sensibilidad muestra el Consistorio ante la nueva Ley de Bienestar Animal pergeñada (y dotada presupuestariamente) también desde Madrid.
Aunque la responsabilidad de los gatos callejeros queda en manos de la Administración Local, la acción de este Ayuntamiento solo alcanza hasta la castración compulsiva de gatas/gatos presuntamente inidentificados.
No se toman en consideración, entre otros, los párrafos legales que obligan a los Ayuntamientos a atender sus felinos heridos o enfermos, denegando su auxilio... total, su falta de recuperación sirve al afán exterminador en que se ha instalado.
Pero en la calle ya se nota y los convecinos comentan sobre la ausencia de mininas. El mantra de que "hay muchos" se revela bulo y en el pueblo crece la indignación porque "así van a exterminarlos", salvo a las crías de raza o bonitas que "se las quitan a sus madres".
El Ayuntamiento tampoco responde las instancias que en este tema se le dirigen...
En este mismo sentido de estéril es percibida la formulación de interpelaciones diversas, dada la inacción consistorial.
Pero las preguntas impregnan el aire:
Quinto pino
¿ qué hay del pino radiata, introducido en Euskadi hace poco más de 100 años y que actualmente ocupa 1/3 de los bosques de Euskadi?
¿Qué novedades existen sobre esta especie de origen americano que vehicula la plaga de los hongos coloquialmente conocidos como Mycrosphaerella Dearnessii transmitiendo una enfermedad incurable de los bosques que está mutando el paisaje: del verde euskaldun al marronazo de la banda forestalista ?
EUSkalipt
¿ Cuál es el estado actual de las plantaciones de eucalipto que alteran las propiedades del suelo y reducen la biodiversidad?
¿Cómo avanza el perjuicio a los organismos: hongos, líquenes, vegetación herbácea, anfibios, aves e invertebrados acuáticos?
¿Cómo está afectando al funcionamiento del ecosistema la descomposición de sus hojas caídas?
Paso de cebra
No resulta admisible la despreocupación por esta plaga que no pasa.
Este mejillón Dreissena polymorpha existe en Euskadi desde 2011 y afecta especialmente a nuestro entorno más próximo, el embalse de Undurraga y aguas abajo del mismo, en todo el eje del río Arratia hasta Lemoa.
¿ Por qué no se señaliza profusamente la prohibición de introducir embarcaciones en este río biológicamente contaminado?
No contestan, ni interesan nuestros cargas electos, quienes debieran defender el entorno para evitar daños sobre nuestra propia salud como integrantes del ecosistema, siquiera para mantenernos como contribuyentes. El Equipo i nos cuesta 82.880 €/año en emolumentos por algo peor que no hacer nada.
«Cuando vinieron a kblear el monte,
guardé silencio,
ya que no era Alimoche,
Cuando mutilaron genitalmente a los gat@s,
me callé como ladino,
ya que no era felino,
Cuando talaron los robles,
silencié miedica,
pues no era el de Guernika ,
Cuando los mejillones cebra salieron por el grifo,
no protesté,
me importó un pijo,
Cuando los cadáveres, ratas y moluscos vinieron a buscarme,
ya no quedaban aves, gatos ni árboles donde agarrarme».